LA CAL: Problemas y Consecuencias
Tal vez sepas lo que es la cal, ¿pero sabes hasta dónde llegan sus consecuencias y cómo afecta a la limpieza, la economía y el bienestar de tu hogar? Descúbrelo y prepárate para solucionar sus consecuencias, cuánto más conoces a tu enemigo, ¡más fácil es vencerle!
Las dificultades de limpieza en un hogar con agua dura no se aprecian hasta que no se “viven”. La alta concentración de iones de calcio y magnesio dan lugar a la cal, el mayor enemigo de nuestras superficies. Te contamos una a una las consecuencias que traen a tu hogar la presencia de cal, los problemas que causa y cómo puede afectar a tu día a día de múltiples formas.
¿Qué hace la cal en las superficies?
Donde quiera que corra el agua, se van depositando gradualmente trazas de calcio y magnesio, que a medida que cristalizan, van formando una capa de color blanco, la cal. Comienza como una fina película y, poco a poco, se va acumulando en capas que aumentan para terminar formando gránulos de piedra dura. Cuanto más esperes, más difícil será eliminarla.
– Lo primero que advertimos es que la grifería de la cocina y del baño empiezan a perder el brillo.
– Las mamparas de cristal son menos transparentes y los azulejos están cubiertos por una capa blancuzca.
– Después de un tiempo, el agua fluye de forma más irregular, como si los grifos se estuvieran atascando gradualmente.
¿Qué otros efectos puede tener en el día a día?
– Es más difícil lavar a todos los niveles. El jabón no consigue hacer espuma y deja rastros sobre las superficies.
– Algunos detergentes son menos eficaces cuando se lava en agua dura, lo que hace que la ropa parezca (y esté) sucia incluso después de lavarse, al igual que las cristalerías y las cuberterías.
– También puede provocar que la piel sensible se reseque y se irrite.
¿Y a nivel interno, en las tuberías y mecanismos?
– Si el agua dura se calienta más allá de 55 ° C y se deja en reposo, los minerales disueltos en ella se solidifican cuando la humedad se evapora, obstruyendo todos aquellos conductos por los que circule y causando así un problema serio en el hogar.
– Los efectos visibles, sin embargo, no son nada en comparación con los efectos que no se pueden ver. El agua dura contiene un promedio de 300 mg de minerales disueltos por litro, por lo que una familia de cuatro personas podría acumular hasta 70 kg de cal en un año en sus tuberías.
– Al igual que las superficies, la cal cubre de la misma manera la caldera, la lavadora y el lavavajillas, haciéndolos menos eficientes energéticamente. Un recubrimiento de 1,6 mm de cal en una caldera puede disminuir su eficacia hasta un 12%, lo que equivaldría a la pérdida de unos 6.000 euros anuales en valor energético.
– Las investigaciones han demostrado que 6 mm de cal pueden reducir la eficiencia energética en un 40%; y en una zona de agua moderadamente dura 6 mm de cal se pueden formar en las tuberías o en los intercambiadores de calor en tan solo 2 años. Todo esto se traduce en mayores costes de funcionamiento: miles de millones se gastan cada año en facturas de energía, pérdida de producción y la renovación anticipada de equipos.
– La cantidad de productos químicos necesarios para mantener la ropa y la casa limpias llega hasta a duplicarse en zonas de agua dura.
– Además, las bacterias, incluyendo la Legionella pneumophila, proliferan en los sistemas de agua con cal moderada, en particular en sistemas en los que esta evita que el agua alcance la temperatura suficiente para actuar como biocida.